Decir adiós a la búsqueda de embarazo (y a esto me refiero a “con todo el tratamiento” ) no es una decisión fácil, pero sí necesaria en algún momento.
En mi experiencia, ¿cuáles son los motivos o las situaciones más frecuentes?
1.- El tiempo
Es la razón número uno, son personas que suelen llevar por una parte bastante tiempo de matrimonio y, por otra, bastante tiempo en tratamiento. Esta situación es dura cuando se prolonga mucho en el tiempo. Es importante en ella tener con los matrimonios la conversación de la adopción-acogida-etc, teniendo presente que estas opciones no son una alternativa a tener un hijo sino una experiencia distinta y una vocación hacia la que cada matrimonio concreto es llamado. Es importante que contemos con personas de referencia que puedan asesorarles desde la experiencia. Asimismo es importante tener esta conversación con respeto y delicadeza.
2.- El cansancio
Cuando el tiempo de búsqueda se prolonga sin éxito, yo suelo recomendar que se pongan una fecha, la que ellos quieran. Porque el camino de la Napro no es fácil, implica esfuerzo, dedicación, medicamentos y dinero. Muchas veces dietas que desafían nuestras costumbres e imaginación. Todo esto no es sencillo de mantener en el tiempo. Por eso lo recomendable es que el tiempo que estéis en tratamiento, sea “a tope”, pero con un fin en mente.
3.- El desánimo
Creo que en la vida nos defraudan muchas cosas porque hemos puesto en ellas expectativas irreales o exacerbadas.
El camino de la Napro hay que empezarlo con ilusión y dedicación, pero sin poner el corazón y la felicidad ni en ello, ni en un posible hijo.
Suelo decir que el que no es feliz AHORA, no lo será nunca, por mucho que tenga lo que cree que es su mayor anhelo. En cambio, el que sabe ser feliz con lo que es y tiene en este momento, ¡le auguro un presente y un futuro maravillosos!
4.- La edad
Es un motivo indiscutible, que puede combinarse con el numero 1. Es típico y a la vez muy razonable, que las mujeres especialmente, sientan que tienen que ponerse un tope o dejar de intentar un embarazo porque puede tener más “contras” que “pros”. Recordad que a partir de los 30 años la fertilidad declina. Esto es una realidad que no podemos obviar y me parece que es muy sano considerar que tras un cierto tiempo, si no se ha conseguido, es igual de importante la aceptación y el duelo subsiguiente, no dejando la vida en standby sino continuando con todas las cosas maravillosas que nos ofrece.